En la confluencia de las crestas de Crabioules y Maupás se encuentra esta cima, posiblemente la más accesible de la cadena. Llegamos a ella siguiendo el cordal desde el Portal de Remuñé.
El Portal se puede alcanzar desde el valle de Lliterola o desde el de Remuñé, elegimos este último itinerario. Es un valle agreste con dos ibones colgados sobre el curso del río y algo separados del itinerario de ascenso. Para llegar a ellos hay que cruzar el rio, había dos puentes de madera para tal fín, uno por debajo de los ibones y otro por encima. El de arriba ha sido barrido por el agua, sus restos se pueden observar a lo largo del cauce. El de abajo ha quedado también bastante afectado por las crecidas, su estado es precario.
El sendero remonta el río por su izquierda orográfica hasta que lo cruza para encarar la subida al Portal de Remuñé, un collado amplio con algunos pequeños lagos y unas vistas excelentes hacia Lliterola.
El itinerario es entretenido, empieza a subir por zona de bosque, luego baja un poco hacia el río para evitar un canchal potente, sigue subiendo por la ladera, cruza un torrente alegre que baja muy vertical, se vuelve a meter en el río en una zona encañonada para acabar cruzándolo antes de llegar al circo. Ahora, a finales de agosto, no supone problema, pero en un año con tanta nieve como este, hace unas semanas seguro que era más complicado.
Después de cambiar de orilla, cuando se abre delante nuestro el circo final del valle, hay que remontar hacia la izquierda un potente canchal de piedras y bloques, dejamos el agua y nos quedamos mano a mano con el granito. Aquí el sendero desaparece, aunque hay hitos de piedra y algunas marcas de pintura. Por encima de un pequeño ibón, cambiamos los bloques por losas bastante inclinadas con algunos restos de neveros. Subiendo y en ocasiones trepando por las losas llegaremos a nuestro Portal.
El sendero es ameno y variado
Llegamos al circo final del valle
Vamos hacia arriba...
Cambiamos los bloques por losas
Llegamos al Portal de Remuñé
Desde el Portal, solo queda bordear la Forca de Remuñé y esqiuvar algún otro nevero bastante inclinado para alcanzar la cresta que nos llevará hasta el pico. Podemos seguir también al Pico Rabadá, inmediato, unos 10 minutos más. A partir de aquí la cresta hacia el pico Navarro es algo más compleja.
El Perdiguero y el ibón Blanco de Lliterola ya no los perderemos de vista
Bordeamos la Forca de Remuñé
La mole del Perdiguero y el ibón Blanco atraen nuestra mirada continuamente
Picos Rabadá, Navarro y Maupás
Una mirada al valle de Remuñé
La cresta hacia Maupás, aérea y algo vertiginosa
A la izquierda, al fondo, Beciberris. Debajo, el perfil de la Forcanada. En el centro, las Maladetas y el pico de Alba ne primer plano. A la derecha, Aragüells sobre la depresión de Cregüeña. Después, Ballibierna.
Una panorámica de la cabecera de Lliterola
Al fondo se distingue con claridad el Vignemale y el Pic Long
El ibón aún helado de Lliterola
El otro ibón también helado de Lliterola
El ibón helado de Maupás
Abajo podemos observar los ibones de Remuñé, por encima del río
Una última mirada al circo
Este puente parece que no aguantará otro mayenco
Haciendo la misma ruta, recomiendo subir la Forca de Remuñe, es un 2935m estético y muy bonito. Se puede subir por el diedro-canal oeste hasta la enforcadura y trepada hasta la cima principal (algun paso de III aislado y poco expuesto); la ruta normal es la arista norte (máximo algun I).
ResponderEliminarAsí mismo una vez en la cima de la Tusse, se accede trepando (I o II expuesto) a la punta Rabadá. La Navarro queda cerca pero la trepada se complica y es muy expuesta.