Montserrat es una montaña bastante particular que levanta pasiones en nuestro entorno, un pequeño macizo con cientos de agujas o gendarmes de piedra al cual le puedes dar la vuelta en un día a pie, y que ha generado y sigue generando una importante producción de guías y libros diversos. Sus especiales características, poco comunes, hacen que, más allá de ser un paraíso para los amantes de las cuerdas y los mosquetones, atraiga la atención también de personas interesadas por otros temas, artísticos o espirituales, incluso algunos sujetos a elucubraciones más bien raras. Montañas de conglomerado hay muchas, pero no creo que ninguna otra haya generado tanta pasión o tanto magnetismo en diferentes colectivos de personas.
La travessa Frares-Agulles es un recorrido tradicional por la parte alta de la zona más occidental, una parte llena de esbeltos monolitos, 'les agulles', con algunos pasos aéreos y otros equipados; una buena excusa para reunirme con antiguos compañeros y pasar un rato agradable en excelente compañía. El itinerario, sin presentar ninguna dificultad especial para las personas habituadas, es gratamente entretenido.
Conocedor de que en la última pared antes de llegar al Coll de la Portella había desaparecido el primer trozo de cuerda previo a la cuerda doble de nudos, voy preparado para substituirla. Son unos metros de rampa muy pronunciada en los que un resbalón te lleva a una caída de unos 12 o 14 m. El dilema de siempre, seguridad o exceso de equipamiento. Punto complejo éste, porque no hay demasiada unanimidad entre el colectivo de usuarios. En ocasiones aparecen cuerdas en lugares donde casi nunca había habido y son bastante prescindibles, y en otras ocasiones desaparecen de lugares donde resultan bastante útiles. El exceso de equipamiento se ha de evitar, es obvio, no podemos llenar la montaña de productos artificiales, incluidas las señalizaciones y los indicadores 'oficiales', que también empiezan a proliferar; pero la seguridad es un tema importante, y retirar una cuerda de un lugar que puede ser comprometido no me parece nada sensato. En los últimos años han desaparecido diversos equipamientos en puntos diferentes, algunos algo delicados; a veces se reponen, a veces no.
Hace unos días saqué a pasear por la zona mis viejos pies de gato...