jueves, 28 de julio de 2022

La Senda Colgada

Me dirijo hacia el Puente de los Mallos por la pista que lleva a las bordas de Escuaín, por encima del pueblo. Antes de llegar al final, un cartel del Parque indica que no se puede pasar por ser zona de reserva y me marca desvío hacia un sendero a la derecha que baja directamente sin pasar por la caseta de observación de aves. 


Al fondo, el circo de Gurrundué

Supongo que por cuestiones de seguridad, ahora una pasarela metálica substituye al viejo puente de piedra que unía las paredes del profundo barranco, separadas escasos metros. Por descontado que no tiene el mismo encanto, incluso queda un poco feo. La última vez que estuve aquí, hace 30 años quizás, aún estaba el antiguo. Desde la pasarela observo la encajonada garganta superior del Yaga, la perspectiva es vertiginosa, unos 50 m calculo, entre dos paredes muy próximas. En el fondo, nada de agua, las surgencias del Gurrundué no le aportan nada de caudal.

Mi idea era volver por la faja, un espectacular itinerario colgado a media altura que recorre el cañón desde el Puente de los Mallos hasta el sendero, por llamarlo de alguna forma, que baja del pueblo a Os Vivers, la Fuentes de Escuaín. Hace algunos años intenté recorrerla, pero la falta de uso la había dejado intransitable, muchos árboles por medio y sendero muy poco definido, con algún desprendimiento; no es un recorrido como para complicarse la vida, aunque discurre entre un bosque denso que le quita un poco la sensación de vacío, es en buena parte una estrecha faja colgada sobre un potente abismo. Un conocido que trabaja en el parque me comentó que la habían arreglado, y vaya si la han arreglado; arreglado, asegurado, señalizado y publicitado, quizás un poco en exceso; y en consecuencia, ya empiezan a aparecer algunos kleenex por el suelo. En principio dudaba de publicar nada al respecto, pero después de ver la reiterada señalización nueva que hay en el mismo pueblo... al fin y al cabo esto lo van a ver cuatro solo, no va a influir para nada. El sendero está limpio, después de bastante trabajo de quitar árboles caídos, y asegurado, con dos largos tramos de cable en dos zonas concretas. Y carteles, más que suficientes indicando el recorrido y avisando de la 'peligrosidad' del mismo.

Desde el puente, el itinerario empieza atravesando el magnífico bosque de hayas de Escuaín, con bastantes ejemplares empezando a amarillear, supongo que a causa de la falta de agua. Cruza algunos barrancos, los más potentes, el Carcil y el Forcallo, barrancos que en su día se podían descender. Ahora bajan secos, pero en épocas más húmedas atravesarlos puede ser bastante complicado, y además, en el parque no puedes bañarte... De todas formas, es un recorrido para periodos de secano. El recorrido tiene un ambiente magnífico, e imagino que es poco frecuentado aún. Me cruzo solo con una pareja de extranjeros con aspecto de estar un poco agobiados o inseguros que me preguntan si falta mucho y una familia que avanza con decisión. No me parece un itinerario para las multitudes variopintas y ruidosas que invaden otras zonas del parque, es un itinerario para avanzar con tranquilidad y en silencio, observando y respetando el entorno. 


El primer barranco que cruzamos, Carcil

Por si tienes dudas...


El primer tramo de cable

En frente, la desembocadura del barranco de la Garganta

Cruzamos el segundo barranco, Forcallo


Más cable

Buena parte del recorrido la hacemos al borde del abismo, aunque no da esa sensación

Llegamos al característico circo de la Sarra, al otro lado del cañón


La unión del barranco de Angonés, que baja del circo de la Sarra, con la garganta de Escuaín


Para acabar, y ya que estoy aquí, bajo a ver la surgencia, las Fuentes de Escuaín, que ahora están bajo mínimos. A pesar del poco caudal, el lugar siempre es fresco y atractivo. 



La surgencia de Escuaín con escaso caudal





lunes, 25 de julio de 2022

Más Canaletes


La segunda serie de nuestra visita a Canaletes. Una visita bien aprovechada. Y una reflexión muy personal que me vengo haciendo. Hace mucho tiempo que hago espeleo, y voy visitando cavidades en las que anteriormente había estado en más de una ocasión, y que más o menos sabía qué temperatura tenían. Y en los últimos años la temperatura de las cavidades también va subiendo, cada vez hay que abrigarse menos para visitarlas. Suelen tener, con una pequeña variación verano-invierno, la temperatura media anual de la zona en la que se encuentran. Si hay bocas superiores, el aire frío entra por ellas y baja a las zonas más profundas, si es un sistema, nos encontramos en las bocas inferiores temperaturas bastante más frías. El proceso de calentamiento global también afecta al mundo subterráneo. El sistema de la Piedra de San Martín, que era hace tiempo muy frío, no me lo pareció tanto hace poco. Y las cuevas heladas que había por Pirineos van perdiendo el hielo. Y las de zonas menos frías, se vuelven más calientes.




















martes, 19 de julio de 2022

La Galería de Aragonitos de Canaletes

Antes, los espeleólogos, podíamos acceder a Canaletes con una cierta facilidad, ahora ya no, es bastante más complicado, o, en todo caso, has de contratar el servicio de un guía. Además, la cavidad tiene una pequeña parte habilitada para la visita turística, y te has de amoldar a ese horario de abertura y cierre, no puedes ir a tu aire. Por esto mismo, cuando se te presenta la oportunidad de ir a la Sala de Aragonitos, que está bastante alejada y no hay casi tiempo material de llegar con el horario de visitas turísticas, hay que aprovechar, ya que no sabemos si se nos presentará de nuevo en el futuro, más bien creo que no, pero nunca se sabe.

El aragonito siempre crece, cristaliza, en zonas con unas condiciones ambientales determinadas y absolutamente estables, por eso casi siempre se encuentra en lugares alejados de la boca. Si no, se deteriora con rapidez. Hay muchos ejemplos de cavidades con aragonito que permanecían cerradas y que, al abrirse al exterior, los citados cristales se deterioran, por decirlo así, se convierte en polvo de calcita con bastante rapidez. Rapidez a escala geológica, claro. 

Nos damos un buen paseo por la cavidad, con la topo en la mano, visitamos algunos lugares desconocidos para nosotros, a pesar de la multitud de veces que hemos venido, pero es que Canaletes es grande y hay kilómetros de galerías. En ocasiones dudamos para encontrar el paso y la continuación. Pero al final llegamos a nuestro objetivo, y volvemos a salir, que no es poco. Y haciendo fotografías, hasta 500 en mi caso. 500 contando que siempre las repito más de una vez para encontrar el punto de iluminación, el encuadre, o para hacer una 'pano'.