lunes, 29 de julio de 2019

Ibones de Barbarisa



El valle de Barbarisa o Barbarizia se abre al sur, más o menos, de los picos de Bagüeñola o Eristes. En él encontraremos 5 ibones, subiendo primero veremos el ibón Chicot, después el Gran, algo más arriba las dos basas, muy crca una de la otra, y bastante más arriba el ibón Chelau. A este último ya no llegué, requería remontar ya un potente canchal de bloques de granito poco motivador.

El circo está compuesto, fundamentalmente, por granito. Pero también veremos pizarras y esquistos, y calizas metamorfizadas, marmolizadas. Es en estas calizas donde se desarrolla un pequeño sistema cárstico. Las aguas del ibón Gran desaparecen bajo tierra en un sumidero para aflorar unos cuantos metros por debajo en una surgencia donde el agua brota de forma vertical para caer hacia el ibón Chicot, las aguas del cual se vuelven a introducir bajo tierra para volver a salir más abajo alimentando el torrente de Llisat, que forma un interesante aunque corto barranco en su confluencia con la pista que viene del collado de Sahún.

Saliendo del collado de Sahún tenemos dos opciones, la primera bajar por la pista, cerrada al tráfico, que nos lleva al torrente de Llisat, o subir el cordal hasta cerca de las paredes y cruzar los canchales hacia la derecha hasta llegar al primer ibón. La primera opción requiere descender unos 200 m por pista, dos o tres km, hasta coger el PR que sube paralelo al río; la segunda implica ir buscando un itinerario practicable por zonas de pedrera y rocas. Se pude ir por uno y volver por el otro.

Collado de Sahún, la punta de Cazania y detrás la sierra de Chía


Llegamos al primer ibón, en horas bajas por el estiaje

El sumidero del ibón 


Uno de los pequeños ibones superiores 

El otro 


El ibón Gran de Barbarisa 

El sumidero del ibón Gran 

Otros agujeros que entran en funcionamiento cuando el nivel es más elevado 

Vista del ibón donde no se observa otra salida de agua


La surgencia sobre el ibón Chicot 

Aquí el agua sale de nuevo a la superficie 


jueves, 25 de julio de 2019

Garganta de Mirabal



Excepcional recorrido de la parte baja del río Yaga, una garganta imprescindible con aguas frías, limpias y cristalinas. Cada cierto tiempo vuelvo a ella, desde hace no sé cuántos años ya.

A principios de julio, y aunque el año ha sido más bien seco, el río baja con una cierta alegría. Siempre hay que valorar el tema porque al ser tan estrecho en algunos puntos puede ser muy conflictivo con algo más de caudal. Este rio tiene una cuenca importante con un funcionamiento kárstico, lo que quiere decir que si ha habido precipitaciones algo importantes el caudal puede crecer de forma súbita días después.

Realizamos el recorrido desde el molino de Mirabal hasta el primer párking de la pista. Es la zona más maja y más tranquila. A partir de aquí, mientras nosotros nos vamos, empieza la zona de parque acuático. Oleadas de guiris se meten el río en una zona con menos interés, más abierta y más bien pedregosa. No deja de resultar algo chocante ver tanta gente chapotear en el agua cuando más arriba está absolutamente prohibido todo, hasta caminar por la orilla.













domingo, 21 de julio de 2019

Pico Pineta



El Pico de Pineta es un mirador privilegiado sobre el valle del mismo nombre. La ascensión no ofrece dificultad para el montañero medio aunque resulta algo durilla por el gran desnivel que tiene, pero el panorama que se disfruta compensa con creces el esfuerzo. Tenemos que subir al Balcón de Pineta y, una vez arriba, bordear el ibón hacia la derecha para buscar un itinerario señalizado con hitos de piedras que nos permita alcanzar la cresta. Una vez en ella, seguir hasta el pico. 


Subimos hacia el Balcón

Ganamos altura con rapidez 



La cara norte del Monte Perdido y lo que queda de su glaciar

El ibón y la brecha de Tucarroya 



Pineta y el Cuello de Añisclo con la sierra de las Sucas. Al fondo, Cotiella 

Astazou y Vignemale al fondo 








Al fondo, la Munia y Robiñera