Excepcional recorrido de la parte baja del río Yaga, una garganta imprescindible con aguas frías, limpias y cristalinas. Cada cierto tiempo vuelvo a ella, desde hace no sé cuántos años ya.
A principios de julio, y aunque el año ha sido más bien seco, el río baja con una cierta alegría. Siempre hay que valorar el tema porque al ser tan estrecho en algunos puntos puede ser muy conflictivo con algo más de caudal. Este rio tiene una cuenca importante con un funcionamiento kárstico, lo que quiere decir que si ha habido precipitaciones algo importantes el caudal puede crecer de forma súbita días después.
Realizamos el recorrido desde el molino de Mirabal hasta el primer párking de la pista. Es la zona más maja y más tranquila. A partir de aquí, mientras nosotros nos vamos, empieza la zona de parque acuático. Oleadas de guiris se meten el río en una zona con menos interés, más abierta y más bien pedregosa. No deja de resultar algo chocante ver tanta gente chapotear en el agua cuando más arriba está absolutamente prohibido todo, hasta caminar por la orilla.
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