Esas cuevas curiosas....

 

Aquí solo entran algunos, pocos, privilegiados, por lo que no voy a comentar nada más... si la cavidad se mantiene en estas condiciones es gracias al gran control que hay; estas formaciones, denominadas fistulosas, o, más sencillamente, macarrones, son extremadamente frágiles y casi no puedes ni toser cerca para que no se rompan... nos tenemos que mover con gran cuidado por el itinerario señalizado, controlándonos unos a otros, ya que las finas estalactitas de calcita cuelgan sobre nosotros. Los trozos que se ven en alguna imagen por el suelo se han roto de forma natural, por el peso, por algún pequeño temblor... son concreciones en forma de tubo hueco, delgado y vertical, de diámetro regular, por el interior del cual desciende el agua que lo forma. 

En ocasiones se pueden encontrar algunos en determinadas cavidades, pero no en la excepcional cantidad y densidad que hay aquí. Iluminados al contraluz el espectáculo es impresionante, gracias a su carácter translúcido; las imágenes no acaban de reflejar fielmente la realidad. Algunos son bastante largos, llegando a superar los dos metros.

Aven Armand

 

El Aven Armand es un interesante y curioso espectáculo que alguna vez hay que visitar, un gran volumen subterráneo,  una sala de grandes dimensiones llena de estalagmitas, unas 400, de considerable altura también, algunas de hasta 30 metros, creadas por las gotas de agua que, al caer desde una distancia importante, les han conferido una forma característica. 

Como la altura de la sala es grande, las gotas de agua al caer desde el techo adquieren la velocidad necesaria para que, al impactar con la base, salpiquen microgotas en todas direcciones, creando esas formas, esas estalagmitas que parecen pilas de platos o de discos, y también esas formas abiertas e irregulares, como aletas o pétalos de flor, denominadas uñas. 

Es una cavidad histórica, explorada a finales del siglo XIX, en los inicios de la actividad espeleológica, por los pioneros E.A. Martel y L. Armand. El acceso natural es un gran pozo de 80m que conecta directamente con la sala. Al fondo de la misma hay otro de 90, en total, algo más de 200 contando el desnivel de la misma.

Habilitada para la visita turística, está iluminada con focos. Desde hace unos pocos años, las luces blancas se substituyeron, como en otros sitios, por luces de colores que a mi, personalmente, no me gustan nada, pero por suerte y ante nuestra demanda con el objeto de hacer algunas fotos, han reducido al mínimo las luces de colores y han dejado solo las blancas. Tenemos poco tiempo antes de que vuelvan a abrir la cavidad para los visitantes y enciendan la iluminación de colores, pero lo aprovecho bastante, a pesar de que no es sencillo hacer fotos aquí, los focos queman unas zonas y dejan otras en oscuridad. Además, se van encendiendo y apagando de forma un tanto anárquica, por lo que en ocasiones cuando vas a hacer una foto de pronto te encuentras a oscuras. Iluminar un volumen tan grande e irregular con flashes sería peor; las estalagmitas forman un auténtico y denso bosque. A pesar de todo, visto el resultado, salgo más que contento, tanto por las fotos como por haber visitado el Aven.

Seguimos con el tema...

No me canso de fotografiar esta cavidad, el Avenc de l'Esquerrà, repito algunas imágenes una y otra vez y nunca quedan exactamente iguales... según como coloque los flashes, según cómo incida la luz, el resultado nunca es igual. También, no siempre puedo fotografiar los mismos rincones en el curso de la progresión, para que la foto quede aparente necesito un modelo, y soy consciente que puedo resultar pesado pidiendo a los compañeros que se queden quietos; bastante colaboran ya. 

La primera vez que entré creo que fue en 1976, con otras técnicas, bajando a comici y subiendo con escalas... una expedición teníamos que montar para transportar tantos metros de cuerdas y electrons... desde entonces, no sé cuántas veces la habré visitado.... 30 o 40 seguro...  Hace tiempo solíamos venir aprovechando su cercanía para entrenarnos, recorríamos un par de vías y nos poníamos en forma. En los últimos años me he dedicado exclusivamente a fotografiarla, y he ido acumulando una buena colección de imágenes, casi casi para hacer un libro dedicado.

De momento no creo que vuelva, ya tengo bastantes fotos, y, por otra parte, es posible que con las temperaturas estivales los niveles de dióxido de carbono aumenten. Esta vez, después de la aireación facilitada por las temperaturas frescas, aún teníamos niveles aceptables, pero con el calor puede cambiar. El año pasado, después de un verano muy caliente, se empezó a ventilar casi en diciembre; en noviembre, por debajo de la Gatonera de l'Anna la atmósfera era poco agradable.

El característico meandro del Pou del Xarel·lo, siempre fotogénico

Acabamos de entrar, aún lleva el equipo limpio y reluciente...

En esta parte, de acceso a la caótica zona nueva, hago algunas fotos con el móvil; no hay ninguna base mínimamente estable y es muy arriesgado sacar la cámara y los flashes. Es una sucesión de resaltes irregulares entre bloques con muchos roces y reinstalaciones en naturales.

Un abalakov nos permite reinstalar en un lugar demasiado precario para clavar nada.

Miramos todos los rincones

Estos agujeros llevan directamente al Pou Anglada y también a la zona nueva. El ECG pasó por aquí cuando descubrió la Sala Nova pero no acabó de mirarlo todo. La piedra no es caliza, es una roca sedimentaria poco firme para clavar nada, calcarenita me informa mi asesor geológico personal. Un poco más allá aparece algo de conglomerado. 

Ha llovido estos días algo y aquí hay más arcilla que semanas atrás

Para acabar, tres fotos de los dos pozos últimos desde la Sala de la Paciencia.... voy a estar una temporada sin volver a fotografiarlos.... ya lo he hecho bastante... jeje.