martes, 20 de junio de 2023

Aven Armand

 

El Aven Armand es un interesante y curioso espectáculo que alguna vez hay que visitar, un gran volumen subterráneo,  una sala de grandes dimensiones llena de estalagmitas, unas 400, de considerable altura también, algunas de hasta 30 metros, creadas por las gotas de agua que, al caer desde una distancia importante, les han conferido una forma característica. 



Como la altura de la sala es grande, las gotas de agua al caer desde el techo adquieren la velocidad necesaria para que, al impactar con la base, salpiquen microgotas en todas direcciones, creando esas formas, esas estalagmitas que parecen pilas de platos o de discos, y también esas formas abiertas e irregulares, como aletas o pétalos de flor, denominadas uñas. 

Es una cavidad histórica, explorada a finales del siglo XIX, en los inicios de la actividad espeleológica, por los pioneros E.A. Martel y L. Armand. El acceso natural es un gran pozo de 80m que conecta directamente con la sala. Al fondo de la misma hay otro de 90, en total, algo más de 200 contando el desnivel de la misma.





Habilitada para la visita turística, está iluminada con focos. Desde hace unos pocos años, las luces blancas se substituyeron, como en otros sitios, por luces de colores que a mi, personalmente, no me gustan nada, pero por suerte y ante nuestra demanda con el objeto de hacer algunas fotos, han reducido al mínimo las luces de colores y han dejado solo las blancas. Tenemos poco tiempo antes de que vuelvan a abrir la cavidad para los visitantes y enciendan la iluminación de colores, pero lo aprovecho bastante, a pesar de que no es sencillo hacer fotos aquí, los focos queman unas zonas y dejan otras en oscuridad. Además, se van encendiendo y apagando de forma un tanto anárquica, por lo que en ocasiones cuando vas a hacer una foto de pronto te encuentras a oscuras. Iluminar un volumen tan grande e irregular con flashes sería peor; las estalagmitas forman un auténtico y denso bosque. A pesar de todo, visto el resultado, salgo más que contento, tanto por las fotos como por haber visitado el Aven.













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