Aquí solo entran algunos, pocos, privilegiados, por lo que no voy a comentar nada más... si la cavidad se mantiene en estas condiciones es gracias al gran control que hay; estas formaciones, denominadas fistulosas, o, más sencillamente, macarrones, son extremadamente frágiles y casi no puedes ni toser cerca para que no se rompan... nos tenemos que mover con gran cuidado por el itinerario señalizado, controlándonos unos a otros, ya que las finas estalactitas de calcita cuelgan sobre nosotros. Los trozos que se ven en alguna imagen por el suelo se han roto de forma natural, por el peso, por algún pequeño temblor... son concreciones en forma de tubo hueco, delgado y vertical, de diámetro regular, por el interior del cual desciende el agua que lo forma.
En ocasiones se pueden encontrar algunos en determinadas cavidades, pero no en la excepcional cantidad y densidad que hay aquí. Iluminados al contraluz el espectáculo es impresionante, gracias a su carácter translúcido; las imágenes no acaban de reflejar fielmente la realidad. Algunos son bastante largos, llegando a superar los dos metros.
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