La cavidad es un pozo amplio de 41 metros que se comunica con el exterior por medio de nueve bocas diferentes, de las cuales solo dos tienen las dimensiones suficientes para resultar accesibles. Se localiza en el margen izquierdo de la riera denominada El Canal Negre, a unos 300 m por debajo de su cabecera y a unos diez metros por encima de la línea de aguas.
Llegamos a ella desde el camino que sube a Campgràs desde Cal Ganxo, en Castelldefels. Cerca del Pla de les Basses, en la cabecera del Canal Negre, tenemos que dejar el sendero y dirigirnos hacia el margen izquierdo del barranco. Seguiremos en paralelo la dirección de las aguas sin bajar demasiado hacia la riera para no complicarnos la vida con la vegetación; Garraf en estado puro y yo con pantalones cortos. Cuando estemos a la altura de la cavidad con algo de suerte podremos encontrar algunos hitos de piedra que nos llevarán a ella directamente. Si no, el GPS siempre nos podrá ahorrar una más que posible sesión extra de matorral agresivo.
Las múltiples bocas se abren en una pequeña área desprovista de vegetación, lapiaz puro. No son visibles hasta que estás encima, pero el lugar donde se ubican sí que se puede identificar a una cierta distancia. Todas ellas se comunican con el pozo, que empieza con una forma más o menos adiaclasada al principio y se vuelve cilíndrico al final, curiosa morfología. Dos spits en cabecera y dos parabolts en la vertical nos permiten poner la cuerda directa sin tocar pared.
Llegamos a ella desde el camino que sube a Campgràs desde Cal Ganxo, en Castelldefels. Cerca del Pla de les Basses, en la cabecera del Canal Negre, tenemos que dejar el sendero y dirigirnos hacia el margen izquierdo del barranco. Seguiremos en paralelo la dirección de las aguas sin bajar demasiado hacia la riera para no complicarnos la vida con la vegetación; Garraf en estado puro y yo con pantalones cortos. Cuando estemos a la altura de la cavidad con algo de suerte podremos encontrar algunos hitos de piedra que nos llevarán a ella directamente. Si no, el GPS siempre nos podrá ahorrar una más que posible sesión extra de matorral agresivo.
Las múltiples bocas se abren en una pequeña área desprovista de vegetación, lapiaz puro. No son visibles hasta que estás encima, pero el lugar donde se ubican sí que se puede identificar a una cierta distancia. Todas ellas se comunican con el pozo, que empieza con una forma más o menos adiaclasada al principio y se vuelve cilíndrico al final, curiosa morfología. Dos spits en cabecera y dos parabolts en la vertical nos permiten poner la cuerda directa sin tocar pared.
La zona libre de matorral es el conjunto de bocas de la cavidad
Por la boca más amplia accedemos al pozo
Dos parabolts nos permiten instalar la cuerda directa sin tocar pared
En la base del pozo encontramos una pequeña culebra que vigila nuestros movimientos
Le hago algunas fotos a distancia para no agobiarla mucho
Una gran formación desprendida de las paredes
Otro bicho sale de entre las piedras
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