Me quedaban estos tres para completar la corona del Vignemale, por lo menos las cimas más relevantes, así que, en vez de subir al frecuentado Pique Longue, vamos a por ellos con la seguridad de que tendremos más soledad.
Consulto mi archivo fotográfico y veo que la última vez que pisé el glaciar de Ossoue fue en el 2018, año de bastante innivación, por lo que ofrecía aún un aspecto relativamente mejor. Relativamente, porque el hielo va minguando con rapidez. En su momento hice un post en el que incluía también algunas fotos antiguas realizadas a mediados de los '80 para comparar el gran retroceso del glaciar.
Este curso, a pesar de que también ha habido nieve, la gran subida de temperaturas estivales la ha hecho desaparecer totalmente, haciendo aflorar el hielo antiguo, bastante maltrecho, ese hielo oscuro que dicen que es tan peligroso porque está duro y resbala, amenaza o advertencia dirigida a turistas y pisapraos varios a quienes parece ser que es necesario aclararles que el hielo es duro y resbala, aunque creo que de poco sirve. Tonterías aparte, coincide nuestra ascensión con los enormes incendios en la península que llenan el ambiente de ceniza y oscurecen el cielo. La visibilidad es mala, lamentable, y las fotos en consonancia. Además, el sol aparece totalmente velado. Esta iluminación tan extraña confunde a la cámara y he de retocar las fotos más de lo habitual.
El glaciar se deshace a paso rápido, se forman ríos superficiales que se cuelan por grietas y sumideros abiertos en el hielo; no podemos dejar de pensar en la relación que hay entre la subida de la temperatura, la desaparición del hielo y los desastrosos incendios españoles.
El gran retroceso del glaciar ha dejado al descubierto una zona de curioso lapiaz de mármol, de formas redondeadas y con unos cuantos agujeros. Zona algo caótica, como es habitual en los lapiaces, en la cual se puede observar bien la erosión realizada por el hielo.
El recorrido no es complicado, no hace falta cuerda, aunque hay algún paso aéreo. Se hace casi todo andando. Es muy panorámico, y el paseo por la cresta de la enorme marmolera característica del Montferrat es realmente espectacular.
Cuando llegamos al glaciar, seguimos unos minutos y en seguida giramos a la izquierda para ir a buscar la cresta. Antes el hielo llegaba hasta la misma cresta, ahora hay que subir por piedras un buen tramo. Nos dirigimos al Montferrat primero para luego seguir al Pic Central y al Cerbillona. De bajada, decidimos seguir hasta el collado del Cerbillona y cruzar el glaciar por arriba para evitar una zona de hielo llena de piedras y bloques.
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