La garganta del Yesa superior se ubica en un entorno precioso, solitario y salvaje; un valle considerablemente grande apartado de las rutas turísticas. Nunca he coincidido con nadie aquí, y he estado unas cuantas veces. En el descenso, prima sobre todo el valor estético por encima del deportivo, y requiere una aproximación larga y un retorno algo duro. El itinerario de acceso recorre el antiguo sendero que unía los pueblos de Buerba y Yeba, con un viejo puente que cruzaba el río. El sendero que parte de Buerba baja serpenteando al lado del barranco de Manatuero hasta la surgencia, entonces va a buscar el Yesa remontando por encima de la garganta hasta el citado puente para cruzar el río y dirigirse a Yeba en fuerte ascenso.
Aunque es un descenso poco frecuentado, creo yo, existe una fotografía por ahí de Lucien Briet en el estrecho de Ponderabiellos, una zona característica del barranco. Algún acceso debería de haber para bajar a la zona encañonada, a pesar de las paredes que la protegen. El interés por los barrancos no es nuevo, en paralelo a la aparición del interés por la espeleología por parte de los históricos Martel y Armand, Briet desarrolló también un interés por los ríos y cañones, y empezó a descubrir los de la Sierra de Guara. Imagino que a principios del siglo XX, con estas montañas mucho más humanizadas, habría algún otro acceso al cañón.
En esta ocasión, en vez de dirigirnos directamente al inicio del barranco, nos acercamos antes al puente del molino de Yeba para hacer alguna foto.
Barranco de aguas limpias y de color verde cristalino, a pesar de que encontramos un pequeño jabalí muerto en una orilla.
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