Hacía unos 40 años, más o menos, que no subía a la Tuca Gran de Llosàs. Tenía que volver. Es un gran mirador, cómo no, y sin las multitudes del Aneto. Ya va bien que todo el mundo suba al Aneto, así nos dejan las otras cumbres de la cadena más tranquilas. En este medio las aglomeraciones no son buenas, por la caída de piedras, por las colas en pasos clave, etc.
Además, coincidimos con un día espetacular, con una visibilidad excepcional. Se distinguía a lo lejos con claridad el perfil de Mont-Rebei, en el Montsec, la Peña Cancias, Guara, y también los Infiernos con su marmolera y el Balaitús. Y, desde luego, los más cercanos Turbón, Perdido, Vignemale, Bachimala, Néouvielle...
Dejamos atrás el pequeño ibón superior de Llosás
Detrás nuestro, el Ballibierna, y al fondo, la silueta del Turbón
Llegamos a la trepada final
Los picos Margalida y Russell
El Aneto
La cresta de Salenques, con el Mulleres al fondo
Última vista al ibón de Llosás
Para acabar, dos imágenes del glaciar de Tempestades con unos 40 años de diferencia en donde se puede observar con claridad la regresión del hielo y la desaparición de las grietas. En ambas se distingue con facilidad la morrena creada cuando el glaciar era activo.
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