Después de una noche tormentosa con viento muy fuerte y chubascos irregulares, nos levantamos con el cielo cubierto y poco tranquilizador. La meteo prometía que a media mañana el tema aclarase e hiciera buen tiempo, no se equivocó. Dejamos el bus de Nerín y nos dirigimos decididos hacia el Cuello de Góriz, pero sin tener muy clara la evolución de las nubes. Desde las alturas de Ordesa vemos cómo se acercan nubes amenazadoras a nuestra espalda, parece que en Tendeñera ya está lloviendo. No tardan mucho en llegar, el viento sopla fuerte y las trae con rapidez. Seguimos por el GR-11 hacia el Collado de Añisclo y empieza a lloviznear. Dejamos el GR y empezamos a subir hacia la Punta de las Olas, aquí nos llega la tormenta de pleno y el viento, en ocasiones huracanado, nos lanza las gotas de lluvia que nos acribillan la cara. Seguimos subiendo con poco convencimiento y luchando contra las ráfagas de viento, empezando a pensar que quizás una cerveza en Góriz sería una opción más sensata.
Al fondo, la Munia, a la derecha, el Baudrimont o Punta de Tormosa
A medida que ascendemos vamos dejando abajo la nube, sigue el viento fuerte pero por lo menos ya no nos mojamos ni nos maltrata la cara. Observamos que hacia Treserols el cielo se abre. Me quito los guantes y el gore, y me quedo solo con el polar. Descansamos un poco y decidimos seguir hacia nuestro objetivo, vemos la tormenta en el valle y cómo el viento se la lleva hacia el este, más o menos. Cuando llegamos al Pico de Añisclo el panorama ha cambiado, tal como pronosticaba la predicción, ha salido el sol y el ambiente es agradable, aunque en los valles la visibilidad es escasa, las nubes se han retirado pero ha quedado una calima densa.
Después del Pico de Añisclo, nos acercamos al Baudrimont SE, lo tenemos a un tiro de piedra. El Baudrimont es un gran mirador, colgado sobre el valle de Pineta; las vistas son enormes. La vuelta pasa por volver a subir a la Punta de las Olas para bajar al Cuello de Góriz y de ahí Cuello Gordo, etc.