La cavidad en su origen estaba
constituida por un pequeño pozo de tres metros de profundidad con una rampa que
bajaba hasta los -6 y fué localizado por Ll. Muntán en 1986. Años después, en
2001, la SIE lo vuelve a encontrar y lo bautiza como Avenc de l’Arrel,
desconociendo que ya había sido reseñado con anterioridad. Ambos nombres se
refieren a las enredaderas que ocupan la pared en la que se abre y penetran en
el pozo con potentes raíces que quedan al descubierto.
En el 2014, después de una
laboriosa tarea de desobstrucción para retirar algunos bloques de piedra entre
los cuales se percibía una débil corriente de aire, aparece un pozo de buenas
dimensiones, algo más de 80 metros de profundidad y un diámetro que llega a los
20 metros en la base.
Tiene el aspecto de ser un
antiguo sumidero de la riera, que se ha quedado colgado en la pendiente al
desplazarse el thalweg, y que posiblemente sufrió algún desprendimiento por la
erosión de la pendiente que acabaría taponando la boca de entrada. Hay grandes
formaciones rotas encajadas en la cabecera del pozo, y la primera repisa que se
encuentra en la vertical es en realidad otro gran bloque de formaciones
encajado entre ambas paredes del pozo.
Se localiza en el margen derecho
del Fondo de Vallbona cerca de su cabecera, a unos 10 metros sobre la línea de
aguas, en una zona de densa vegetación. Para acceder a ella, desde el
parcamiento del Pla de Querol, nos dirigimos al clausurado vertedero
‘controlado’ de basuras del área metropolitana, rodeándolo por la pista hasta
el cruce con el GR que nos llevaría a Castelldefels. Justo al coger el GR
tenemos que girar hacia la derecha para intuir con algo de imaginación un
sendero que baja en diagonal hacia el Fondo de Vallbona. Veremos algunos hitos
de piedras, los hemos de seguir. Cuando nos acercamos a la riera el itinerario se
vuelve más complejo, aparecen canchales y gana verticalidad, empezando entonces
a girar hacia la derecha para ir a cruzar el Fondo y subir por el otro lado por
el único lugar que parece practicable y que nos lleva directos a la sima. Es
algo complicada de localizar, se ubica en la cabecera del Fondo, pero lo mejor
es rodear toda la cabecera para bajar a cruzar el Fondo por la izquierda, es
más fácil que bajar directamente desde el camino que nos llevaría al Avenc de
l’Arboç y Avenc de la Ruda para evitar una vegetación casi intransitable. En wikiloc se puede descargar el track para llegar.
Está bastante cerca del vertedero,
por lo que sus efectos se dejan sentir. Apuntar también que otras cavidades que
se encuentran en el Fondo de Vallbona pero bastante más alejadas del vertedero,
tienen problemas serios de hipoxia. La roca calcárea es porosa y está
atravesada por multitud de diaclasas que permiten la circulación de gases. Cuando
se descubrió el nuevo pozo, se pudo llegar al fondo en dos ocasiones. La
primera, sorprendentemente, bien, sin problemas. La segunda, no tan bien, se
tuvo que salir rápido nada más llegar abajo por la falta de oxígeno, sin poder
realizar una labor de revisión de posibles continuaciones. Desde entonces, no se ha podido alcanzar la base de
nuevo en las diversas salidas realizadas. En alguna ocasión, como en Agosto
pasado, se llegó a medir un 8% de oxígeno a -40, una cantidad letal para el ser
humano. Hemos de tener en cuenta que el porcentaje normal de oxígeno es el 21%.
Hasta un 18 más o menos se está bien. Por debajo del 18 la cosa se empieza a
complicar.
En nuestra última visita se pudo
llegar hasta unos 10 metros del fondo, controlando el tema del oxígeno palmo a
palmo. Por lo menos en esta salida se ha podido cambiar algunos anclajes y
retirar las cuerdas viejas que habíamos dejado, ya no molestan para bajar. En
teoría, con un periodo de temperaturas exteriores más bajas, unos cuantos días
de anticiclón, semanas sin lluvia... se tendría que haber ventilado la cavidad,
y algo se ha ventilado, pero de forma insuficiente. En el momento de entrar la
presión era de 1022 hPa a nivel de mar, presión alta.
No hemos podido volver a alcanzar la base del pozo
Formación característica
En la boca encontraremos algunos
spits, el resto de la cavidad está con multimontis de 8mm y parabolts de 10.
Menos los spits, el resto tienen todos chapa, y algunos, maillons incluso. Unos
20 anclajes en total, de los cuales 5 son desviadores. El pozo tiene dos
repisas a -25 y a -45, más o menos cómodas para dos o tres personas, unos
metros por debajo de la segunda, después de una reinstalación con dos multis,
bajaremos unos 30 m en aéreo.
El pozo visto desde la base
Aparte del problema de la hipoxia
por la presencia del dióxido de carbono, es posible que en algún momento se
pueda encontrar algún otro gas procedente del vertedero y más peligroso que el
dióxido de carbono, por lo tanto hay que andar con mucha precaución. El dióxido
de carbono es una gas más denso que el aire y por lo tanto tiende a acumularse
en la base de los pozos, desplazando al oxígeno. Lo que parece evidente es que el
basurero ha consumido y consume mucho oxígeno y ha sido y es aún un gran
generador de dióxido de carbono, el cual ha ido ocupando cada vez más el
subsuelo. Yo, personalmente, depués de varios intentos en diversas condiciones,
dejo por imposible seguir con la exploración de la cavidad, es bastante
peligroso. Es una lástima porque es un pozo majo y muy concrecionado.
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