lunes, 25 de noviembre de 2024

Volvemos a fotografiar aragonito....

 

Intenso fin de semana en una zona especialmente interesante para los aficionados a la espeleología. Visitamos dos cavidades con un alto valor estético, aunque algo durillas para ir porteando el pesado y voluminoso equipo fotográfico. Los años pasan y cada vez cuesta más arrastrar el petate por largas gateras y estrechos meandros.


Después de algunas horas de progresión dificultosa por un terreno irregular y de dimensiones ajustadas,  viene la recompensa al llegar a salas increíblemente adornadas con unos colores que parecen irreales. Los delicados cristales de aragonito presentan un elemento metálico extra, el cobre, que le confiere este color azul a la luz de nuestros focos. El cobre es uno de los pocos metales que se puede encontrar en la naturaleza en forma pura, es decir, sin combinar con otros elementos, pero en esta ocasión se mezcla con los cristales de aragonito, una cristalización bastante inestable.




Según cómo incide la luz en los cristales, las tonalidades de azul varían, a nuestros ojos y a los ojos de las cámaras. Como es habitual, es complicado hacer fotos aquí. El aragonito es delicado, el terreno irregular, y tenemos que colocar las luces donde podemos y no donde nos gustaría, ni podemos buscar demasiados encuadres. Nos hemos de mover con cuidado y no acercarnos demasiado, dentro de un espacio muy limitado. De momento, las primeras fotos.

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