Desde Pineta, subo al balcón por el característico sendero que supera los 1200 m de desnivel en continuas lazadas sin descanso; atravieso el altiplano de Marboré, con toda probabilidad el lugar más espectacular de los Pirineos, como ha citado más de un autor, y me dirijo al collado de Astazou. Desde aquí la vista sobre el circo de Gavarnie es inmensa. Sigo hacia al pequeño Astazou o Astazou occidental, bajo hacia el collado Swan y subo al oriental o Gran Astazou, para bajar directamente hacia el balcón otra vez. Se explica rápido, pero tardas un buen rato en realizar todo el itinerario.
Es un recorrido largo y durillo, con bastante desnivel. La cresta entre el pequeño Astazou y el collado Swan es aérea y hay que ir con ojo. No es difícil, pero tiene algún paso algo expuesto, con un abismo hacia el lado francés realmente impresionante, mejor buscar la vertiente española, menos vertiginosa. La subida hacia el Gran Astazou se realiza siguiendo pequeñas fajas zigzagueantes en un sube y baja continuo. Para ir más rápido, subo directo trepando los sucesivos escalones, alguno poco fácil.
En esta ocasión no tengo acompañante, así que las fotos solo las hago de paisaje, pero sirven igual. Como voy solo, guardo la cámara en la mochila en algunos tramos por comodidad. Aunque me cruzo con algunas personas, aquí arriba la sensación de soledad o aislamiento es marcada. A finales de verano los heleros han desaparecido, solo los restos del glaciar nos recuerdan que algún día este paisaje fue diferente. El ibón, bastante bajo por la falta de lluvia, es el testigo mudo de la desaparición de uno de los glaciares más impresionantes del Pirineo.
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