martes, 24 de septiembre de 2019

La Teresina


La ferrata de la Teresina, en Montserrat, se está desmontando. A mí, personalmente, las ferratas no me van mucho, pero me sabe mal. La Teresina era una ferrata histórica, emblemática, con un cierto nivel; la primera que se montó en España, creo.

Eso de llenar las paredes de hierros no es muy adecuado; con los imprescindibles para nuestra seguridad en según qué actividades ya es más que suficiente. En la montaña, cuanto menos impacto causemos, cuanta menor huella dejemos de nuestro paso, mejor. Por otra parte, las ferratas, como los barrancos o la bicicleta, atraen a un cierto sector de público a la montaña que no la valora ni respeta, gente que no iría al monte si no fuera porque estas actividades se han puesto de moda.

A pesar de todo, las he probado, algo. Conozco unas cuantas, y solo he repetido dos, la de Oliana y la Teresina, las demás me parecen absolutamente carentes de interés. Las dos que, desde mi punto de vista, merecían la pena, por el paisaje, la dificultad, el ambiente en general. Y las dos están ahora cerradas. La de Oliana por falta de mantenimiento en una instalación que ya de por sí era algo precaria. El cable de seguro estaba fijado directamente con abrazaderas a espárragos de acero clavados en la pared. Y tenso, por lo que una caída suponía el impacto directo del mosquetón con el espárrago.

El motivo, o la excusa, la seguridad, por dos razones, la primera, la cantidad de rescates que los bomberos efectuaban en la ferrata porque se metían personas inexpertas o poco preparadas. La popularización de los deportes de montaña, mal denominados 'de aventura', y la facilidad del acceso a la información vía internet tienen consecuencias. Como nos repetían los curas en el colegio hace tiempo en relación a determinados temas que les preocupaban sobremanera, mucha información pero muy poca formación. Hay personas, y no pocas, que sin tener el conocimiento y la experiencia adecuadas, conducidos por su 'sed de aventura' o por ves a saber qué otra motivación, son capaces de meterse en cualquier lado, y no es que la Teresina fuera muy difícil, que no lo era, pero un mínimo de preparación sí que requería. Pero estos insensatos poco formados o preparados, si no van a la Teresina irán a otro sitio y acabarán igual.

La segunda, porque después de bajar de la aguja de Sta Cecília y antes de llegar a la chimenea que llevaba a St Jeroni, había una zona un poco inestable en la que unas lluvias fuertes habían causado algún desprendimiento. La ferrata data de principios de los '90, y esta parte ya sufrió mucho con las luvias torrenciales que afectaron la montaña en el 2000. La primera vez que subí, hace mucho, cuando no existían aún los smartphones ni el instagram, creo recordar que había una zona sin cable de seguro, había una cuerda como ayuda . Luego se instaló un cable desviando un poco el itinerario. O quizás era yo el que me desviaba, no sé. La ferrata la equipó un famoso escalador montserratino, con la filosofía de la escalada en Montserrat, equipamiento justo, quizás demasiado. Ahí residía también parte de su encanto. Con posterioridad se realizaron reequipamientos, alguno acertado y algún otro que le quitaba atractivo, la desvirtuaba. Al principio, de la aguja de Sta Cecília bajabas rapelando, y en la chimenea de salida hacia el mirador no había nada más que el cable de seguro. Luego se pusieron unos pequeños peldaños para bajar de la aguja y alguno en la chimenea, que en invierno solía tener bastante humedad y se podía volver bastante compleja de subir.














1 comentario:

  1. Circunstancias e intereses, han hecho que esta ferrata mítica y pionera quede cerrada al público permanentemente. Pero nos hemos pasado de frenada con la Teresina, estaba masificada y se estaba deteriorando una zona muy sensible. En mi caso nunca he tenido la ocasión de acercarme a la Teresina, pero Montserrat se puede seguir disfrutando de muchas maneras más sanas para la montaña y su fauna ¡Buen homenaje! ¡Salu2!

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