Siempre que tengo ocasión, me doy un paseo por aquí, uno de los rincones más majos de los Pirineos, y que permanece de momento tranquilo, sin aglomeraciones. Está enclavado en el macizo de Cotiella, una gran montaña calcárea que tiene unos paisajes excepcionales. Ahora, a finales de primavera, el ibón aún presenta buen aspecto. A medida que avance el verano, el nivel de agua irá disminuyendo. Ya es de por sí curioso que aparezca en una zona cárstica rodeado de campos de lapiaz.
He fotografiado varias veces estos paisajes, pero no me canso de volver a repetirlo. Cada momento, cada ocasión es diferente, y las fotos nunca salen igual.
el ibón de Armeña
Poca nieve queda ya en el Cotiella
Las nubes empiezan a crecer sobre el Cotiella
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