Hace tiempo que no visito casi las cavernas, me he dedicado
más a pasear por el monte, así que voy a intentar retomar la actividad, pero
esta vez en serio, que siempre lo digo y luego nada. Como primer paso en esta
inicitativa, me dirijo a esta conocida cavidad. Se compone de una gran sala con
dos entradas diferentes, dos pozos de 45 y 80, y una galería principal que baja
hasta un sifón.
Ofrece muchas posibilidades y nunca la acabas de fotografiar,
siempre resulta interesante. Las dos últimas veces que vine me dedique a
visitar la galeria Inma, que se encuentra colgada en la gran sala, pero hacía
algunos años que no bajaba hasta el fondo. Veo que en la entrada del pozo de
45, o 50, o lo que sea, hay una línea nueva para instalar, con químicos. Un
pasamanos limpio por la izquierda, en alto, te evita la rampa con sus piedras
que pueden caer por la vertical. El pasamanos te lleva a un par de cadenas desde
las que se puede instalar dos rápeles totalmente aéreos, sin ningún roce. Las
instalaciones antiguas empezaban a estar algo deterioradas.
Llevamos una cuerda
de 100 que, entre el pasamanos de la rampa y el pozo casi la consumimos entera,
pocos metros nos han sobrado.
Cuando llegamos, está nevando bastante y empieza a cuajar en
la carretera, lo que nos hace dudar... si sigue así podemos tener problemas
para bajar luego. A causa de las precipitaciones recientes nos encontramos con
bastante agua en el interior. El pequeño lago habitualmente seco está lleno de
agua. Además, el acceso a la galería de las coladas es dificultoso, el agua cae
por las paredes y es complejo subir. La arcilla está muy licuada y resbala
mucho, así que nos conformamos con llegar al sifón final.
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