martes, 29 de julio de 2025

Grallera de Ordiso

La cavidad se abre en la cabecera del valle, en la zona denominada Hoya de Ordiso. Las aguas procedentes del ibón realizan un recorrido subterráneo con un desarrollo modesto entre roca calcárea y pizarras impermeables. La boca de salida, la Grallera, es realmente espectacular.

La aproximación es larga, con unos 1100 m de desnivel desde Bujaruelo, porteando el equipo necesario; pero se realiza en un ambiente de alta montaña con buenas panorámicas, con el macizo del Vignemale detrás nuestro. Hemos de remontar toda la pista hasta su final y cruzar el río Ara para seguir montaña arriba, al principio por senda evidente y luego enlazando tramos de caminos más o menos desdibujados, caminos de vacas más bien. No es una actividad con grandes dificultades ni requerimientos técnicos pero sí bastante exigente físicamente. De cualquier manera, resulta interesante.

Es conveniente llevar cintas y algún maillon por si acaso. El equipamiento, aunque mínimo, es suficiente, pero siempre es mejor substituir alguna cinta. Los rápeles son cortos, y pocos obligados. Diversos resaltes se pueden destrepar sin problemas. Nosotros pusimos un maillon en la boca y una cinta en otro sitio. La vertical de entrada imagino que estaba instalada en fijo, pero el agua ha destrozado la cuerda; algunos restos de la misma retiramos bastantes metros más abajo.


El itinerario de acceso es durillo...

La boca inferior. No la veremos hasta que no estemos debajo, a pesar de sus dimensiones.

La boca superior


las instalaciones sufren el efecto del agua



Nos acercamos a la salida, se ve ya el reflejo de la luz exterior